Los estados pueden liderar una transición equitativa al 100% de energía renovable para el 2035

Un nuevo análisis muestra cómo hacerlo con importantes beneficios económicos y de salud

Published Apr 19, 2022

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CAMBRIDGE, Massachusetts – La necesidad de contar con energía renovable resiliente es más apremiante que nunca, ya que la demanda de electricidad limpia aumenta y el agravamiento de los impactos climáticos pone en dificultades a la anticuada red eléctrica. Afortunadamente, los estados pueden mostrar un liderazgo climático y satisfacer el 100% de sus necesidades de electricidad con energía renovable para el año 2035, esto según "En la ruta hacia 100% energía renovable", un análisis publicado hoy por la Unión de Científicos Conscientes (UCS, por sus siglas en inglés), Michigan Environmental Justice Coalition (MEJC), GreenRoots y COPAL.

El estudio se enfoca en los estándares de electricidad renovable (RES, por sus siglas en inglés) como impulsores de la energía limpia y evalúa las mejoras en la calidad del aire, la salud pública, los costos de la electricidad y los empleos resultantes del sector energético. El informe recomienda que los estados promulguen políticas públicas integrales de transición hacia la energía limpia, incluyendo políticas que den prioridad a la reducción de la contaminación en las comunidades de justicia ambiental agobiadas, que eviten nuevas inversiones en infraestructuras de combustibles fósiles y que impidan la peligrosa dependencia excesiva del gas. Además, según el informe, las comunidades de justicia ambiental más afectadas por estas decisiones deberían tener poder de decisión para asegurar que todos se beneficien de la energía limpia.

"Nos hemos enfocado en las dos docenas de estados de los Estados Unidos contiguos que han demostrado su interés en ser líderes climáticos como miembros de la Alianza por el Clima de los Estados Unidos (USCA)", dijo Paula García, analista bilingüe senior del sector energético de la UCS y autora principal del estudio. "Estos estados se han comprometido a reducir las emisiones de gases que atrapan el calor en consonancia con los objetivos del acuerdo climático de París del 2015 y están bien posicionados para impulsar los esfuerzos de descarbonización. Aunque esto no sustituye el liderazgo nacional e internacional, nos sentimos alentados por nuestras conclusiones sobre el impacto que las acciones a nivel estatal pueden tener en la reducción de la contaminación".

El estudio analizó dos escenarios principales: un escenario "Sin Nueva Políticas", en el cual las políticas públicas y los planes de electricidad continúan como hasta ahora, y un escenario "100% RES", en el que cada estado miembro de la USCA satisface todas sus necesidades de electricidad con energía renovable para el año 2035. El estudio se enfoca en las energías renovables por ser las tecnologías que se prevé como las fuentes dominantes de la nueva capacidad de generación eléctrica que resulte a medida que los estados cambien a una electricidad 100% libre de contaminación. Aunque no cuentan como parte del requisito de 100% RES, las centrales nucleares existentes permanecen abiertas durante toda su vida útil de acuerdo con este análisis.

Los dos escenarios produjeron fuertes contrastes con respecto a los beneficios económicos y de salud pública. En el escenario de 100% RES, los estados miembros de la USCA reducirían colectivamente las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en un 58% y disminuirían el dióxido de azufre (SO2) y los óxidos de nitrógeno (NOx) en un 88% y un 76% respectivamente para el 2040. En el escenario "Sin Nuevas Políticas", la reducción de las emisiones de CO2 sería de solamente un 12%, mientras que las emisiones de SO2 y NOx disminuirían sólo un 27% y un 18% respectivamente para el 2040.

En comparación con el escenario de "Sin Nuevas Políticas", el escenario 100% RES representa una reducción de entre 6.000 y 13.000 muertes prematuras y una disminución de 140.000 casos de exacerbación del asma, además de evitar 700.000 días de trabajo perdidos. El valor de los beneficios para la salud pública asciende a casi $280.000 millones a lo largo de las dos décadas.

El análisis encontró que un 100% RES no sólo produciría beneficios económicos y de salud, sino que también sería más asequible". Si todos los estados miembros de la USCA promulgaran un 100% RES, la carga económica de energía promedio de los hogares, es decir, el porcentaje de los ingresos que se gasta en electricidad y gas para la calefacción, se reduciría casi el doble para el 2040 en comparación con el escenario "Sin Nuevas Políticas". Para el 2040, en el escenario de 100% RES, el hogar típico podría ahorrar $150 al año en comparación con la situación actual. Y esos cálculos no tomaron en cuenta el posible ahorro substancial en los costos derivado de la reducción del uso de la gasolina, el petróleo para calefacción y el propano para residentes cambiando a vehículos eléctricos y bombas de calor.

El estudio también destacó la importancia de asegurar reducciones en la carga económica de energía para los hogares que más beneficiarían de ellas.

“Las opciones energéticas que escogemos nos afectan de muchas maneras, como la calidad del aire que respiramos, las oportunidades de empleo en una economía verde o cuanto gastamos en energía,” dijo Leslee Guitiérrez Carrillo, organizadora principal para la justicia ambiental en COPAL. "La reducción de los costos energéticos es especialmente importante para los hogares de bajos ingresos, ya que muchos de ellos destinan una mayor parte de sus ingresos a los gastos de energía en comparación con el hogar promedio."

El estudio también reveló que se necesita más que un RES para garantizar una transición justa y reducir las emisiones de gases que atrapan el calor y la contaminación atmosférica derivada de la generación con combustibles fósiles.

"La mayoría de los RES no requieren el cierre de las centrales que operan a base de combustibles fósiles, lo que significa que las empresas de servicios públicos y otros dueños pueden seguirlas operando y exportar su energía a los clientes de otros estados", dijo María Belén Power, directora ejecutiva asociada de GreenRoots. "Esto perpetúa el daño desproporcionado que sufren las comunidades de bajos ingresos y las comunidades de razas y etnias marginadas; esto a su vez obstaculiza los avances para reducir las emisiones de gases que atrapan el calor".

Los autores llevaron a cabo un análisis más detallado para tres estados y concluyeron que un escenario de 100% RES combinado con políticas públicas que prohíban las nuevas centrales eléctricas a base de gas y aceleren el cierre de las centrales a base de carbón reduciría de una manera más rápida y exhaustiva las emisiones de CO2, SO2 y NOx en los estados.

El análisis también proporciona una advertencia en lo referente a los estados que incentivan la electrificación generalizada de vehículos y edificios sin descarbonizar la red eléctrica.

Un escenario de "Electrificación Sin Descarbonización" analizó lo que sucedería si la demanda de electricidad aumentara un 56% en los estados miembros de la USCA como resultado de una mayor electrificación del transporte y la calefacción, sin que se hicieran esfuerzos adicionales para descarbonizar la red. El estudio concluyó que, en comparación con las políticas actuales de los estados miembros de la USCA, aumentarían las emisiones provenientes del sector eléctrico. Las emisiones de CO2 aumentarían un 14%, las de SO2 un 19% y las de NOx un 6% de aquí al año 2040.

“Esto provoca alarmas en las comunidades de justicia ambiental y es una bandera roja grande para los encargados de tomar decisiones: la electrificación de la red sin políticas para hacer una transición rápida a las energías renovables exacerbará el racismo ambiental en todo el país. Tenemos que complementar la electrificación equitativa con la priorización de la reducción de contaminación en las comunidades de justicia ambiental,” dijo Jamesa Johnson Greer, directora ejecutiva de la MEJC.