¿Qué es la resiliencia climática?

Publicado 6 de junio del 2022

Guarda costas limpia después del Huracán María en Puerto Rico
Guarda costas limpia después del Huracán María en Puerto Rico en septiembre del 2017
US Coast Guard/CC BY-NC-ND 2.0

Para resolver la crisis climática no solo hace falta reducir las emisiones de carbono; también debemos proteger a la gente.

Vivimos una crisis climática. Según el mundo se calienta, las personas en todo el mundo enfrentan nuevos desafíos abrumadores de una magnitud nunca antes vista. Para resistir esos retos y prosperar, necesitamos desarrollar la resiliencia climática.

La resiliencia climática se trata no solo de hacer frente a los impactos del cambio climático, sino también de evitar que esos impactos empeoren. Una sociedad resiliente al clima tendría bajas emisiones de carbono y estaría equipada para lidiar con las realidades de un mundo más cálido.

La única forma de lograr la resiliencia climática es a través de la reducción de emisiones que atrapan el calor e impulsan el cambio climático, y esto debe ir de la mano de la adaptación a los cambios que son inevitables. Esto hay que hacerlo de tal forma que el mundo sea un lugar más equitativo y justo.

Mitigación + adaptación

Los científicos concuerdan en que, para frenar el ritmo del cambio climático, hay que reducir rápidamente las emisiones que atrapan el calor y que causan el calentamiento global. A esto se le llama la mitigación del cambio climático.

La mitigación aborda el cambio climático desde su causa raíz: las emisiones de carbono que arrojamos a la atmósfera, principalmente por la quema de combustibles fósiles.

La mitigación significa cerrar las plantas de carbón y gas, hacer una transición a fuentes de energía renovables, usar la energía de manera más eficiente, usar menos petróleo para el transporte, aumentar el uso del transporte público y los vehículos eléctricos, y usar la tierra de manera que reduzca el carbono en la atmósfera. La reducción drástica de las emisiones (un 50 por ciento por debajo de los niveles de 2005 para 2030, aquí en Estados Unidos) es esencial para un futuro climático seguro.

Pero aunque reduzcamos agresivamente las emisiones, y debemos hacerlo, los primeros impactos del cambio climático ya están aquí y se vuelven más severos cada año. Debido a que el carbono no desaparece rápidamente, sino que permanece en la atmósfera durante décadas, los impactos climáticos están aquí a largo plazo.

Entonces también necesitamos la adaptación al cambio climático, donde nos protegemos contra los impactos que ya están aquí y nos preparamos para más cambios por venir. Debido a que los impactos climáticos son de gran alcance, la gama de lo que se considera “adaptación climática” también es bastante amplia.

La adaptación incluye cosas como reforzar la red eléctrica para aguantar mejor las condiciones extremas; invertir en mejores viviendas e infraestructura en las zonas más afectadas por las inundaciones o el aumento del nivel del mar; plantar árboles para reducir el calor extremo en las ciudades; y poner aire acondicionado en las escuelas.

En resumen, significa ajustar la manera en que vivimos, trabajamos y jugamos para mantenernos a salvo de los impactos del cambio climático.

Para la resiliencia climática se necesita justicia climática

Hay un tercer aspecto crítico de la resiliencia que debe fundamentar cómo nos adaptamos al cambio climático y cómo lo mitigamos: la justicia climática. El cambio climático afecta de forma desproporcionada a ciertos miembros de la sociedad, incluidas las personas de color, las personas que viven con bajos ingresos o en la pobreza y las personas mayores, jóvenes o discapacitadas.

Incorporar la justicia climática en la resiliencia supone, por el lado de la adaptación, priorizar el bienestar de las personas y las comunidades más expuestas al daño climático y las que menos capacidad tienen de hacerle frente.

Esto podría implicar, por ejemplo, garantizar que la vivienda pública tenga aire acondicionado y que las comunidades con mayor riesgo de sufrir impactos sean los primeros en fila para obtener dinero para la planificación antes de los desastres y para invertir en medidas para mantener seguras a las personas mayores, discapacitadas, sin hogar o que viven en la pobreza durante un huracán o un incendio forestal.

Por el lado de la mitigación, la justicia climática supondría que se garantizarían soluciones climáticas como los proyectos de energía limpia que ayudarán a las comunidades vulnerables, en vez de dañarlas.

Para lograrlo, se podría priorizar la reducción de la contaminación de las centrales de energía y el desmantelamiento de plantas sucias que funcionan con combustibles fósiles en comunidades de bajos ingresos, garantizar que los proyectos de energía eólica, solar y otros proyectos de energía limpia aporten a las comunidades de color más beneficios que dificultades; y ampliar el acceso de los hogares de bajos ingresos a la energía solar comunitaria y en azoteas, la eficiencia energética, el transporte público y la electrificación del transporte y la calefacción.

A medida que construimos la resiliencia, debemos priorizar a aquellos que enfrentan el mayor daño por el cambio climático. Pero debido al racismo sistémico y otras injusticias históricas, esto no se ha hecho. Reconocer y abordar esas injusticias es fundamental para trabajar hacia una resiliencia justa, en el presente y en el futuro.

La construcción de la resiliencia climática

Solo mediante la búsqueda de la mitigación y adaptación de manera simultánea podremos lograr y mantener la resiliencia climática. Si trabajamos arduamente en ambos frentes, con la justicia climática como la meta principal, podremos construir una sociedad resiliente al clima que sea baja en carbono, equipada para enfrentar las realidades de un mundo más caluroso y que funcione para proteger el bienestar de todos.

El desarrollo de la resiliencia climática debe ser una ambición central de los activistas climáticos y los formuladores de políticas.

La Unión de Científicos Conscientes ha trabajado en temas de cambio climático durante más de treinta años. Puedes involucrarte aquí.

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