Invertir en la salud de los trabajadores agrícolas

Los 2,4 millones de trabajadores agrícolas en EE. UU. cuentan con pocas protecciones ante las condiciones peligrosas de trabajo que enfrentan a diario. Muchas de las personas que producen nuestros alimentos son inmigrantes y personas de color que tienen que lidiar con un racismo sistémico en el trabajo y en la sociedad en general al exigir sus escasos derechos legales.

Desde los equipos peligrosos y la exposición a pesticidas tóxicos hasta el calor extremo, los riesgos que conlleva trabajar en el campo van en aumento por culpa del cambio climático.

Si se logran cambios en el financiamiento de investigaciones y en las políticas, se podrían lograr avances en la protección de la salud de las personas que producen nuestros alimentos, además de garantizar la salud y la sostenibilidad del sistema alimentario estadounidense.